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NIVEL 1: La Tierra gira alrededor del Sol siguiendo su órbita y completando su recorrido en un año. El calendario juliano instaurado por Julio Cesar fue sustituido por el calendario gregoriano impuesto por el Papa Gregorio XIII en 1582. Este calendario anual de 365 días es el que se utiliza mayoritariamente en la actualidad y en el que, debido a que la duración de la traslación es algo superior, se incluyen los años bisiestos a los que se les añade un día más. Es por ello que todos los años múltiplos de 4, como el actual, son bisiestos. Sin embargo, los años múltiples de 100 que también lo son de 4 no son bisiestos.
¿Por qué esos años, como el lejano 2100, no son bisiestos?
La Tierra tarda en completar su órbita alrededor del Sol 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45,51 segundos (365’242189 días) Esto quiere decir que en el calendario de 365 días, cada cuatro años acumulamos un desfase temporal de 23’250144 horas, lo que se corresponde con el día extra de cada año bisiesto. No obstante, esta aproximación adelanta unos minutos por año. Esto se corrige en el calendario gregoriano de tal forma que los años múltiplos de 100 no sean bisiestos, a no ser que sean múltiplos de 400.
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NIVEL 2: De antiguo es sabido que si desde cualquier sitio de la superficie terrestre observamos el cielo durante la noche, podremos ver como todas las estrellas y los planetas se desplazan en el firmamento formando trayectorias circulares excepto una, la Estrella Polar, que permanece fija en el firmamento y que ha servido de guía para navegantes y viajeros.
¿Sabrías explicar por qué no vemos moverse a la Estrella Polar?
La estrella polar es la que actualmente se sitúa en la prolongación norte del eje de rotación de la Tierra, por lo que la rotación terrestre nos produce una visión de movimiento circular de todas las estrellas excepto de la polar desde el hemisferio Norte.
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NIVEL 3: Sin lugar a duda, una de las más bellas imágenes observables desde nuestro planeta es la de su gran satélite La Luna. Observada con un telescopio muestra una superficie plagada de cráteres, fruto del choque de numerosos meteoritos a lo largo de su historia. Sin embargo, si pudieras desplazarte hasta ella y observar nuestro planeta desde allí, podrías comprobar que La Tierra, a pesar de ser mayor que la Luna y por tanto tener mayor probabilidad de sufrir impactos de meteoritos, no presenta sobre sus continentes evidentes huellas de cráteres.
¿A qué crees que es debido?
La atmósfera terrestre desintegra parcial o totalmente los meteoritos en su caída y las huellas de los impactos en los continentes son borradas o enterradas por los agentes geológicos externos. La Luna presenta una tenue atmósfera por lo que no realiza esta acción.

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