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La Historia nos lleva siempre al pasado. Nos retrotrae a algo que sucedió hace tiempo. En las materias de Geografía e Historia la labor docente de acercarnos a ese pasado tiene esa dificultad que no es otra que esa lejanía de los hechos que “desconecta” a muchos de nuestros alumnos.
La celebración de las efemérides es una forma de “conectar” ese pasado a nuestro presente. Cuando conmemoramos años y le ponemos cifras redondas lo acercamos con el zoom, se nos reaparece el objeto de estudio con renovado interés. En definitiva, es útil para mejorar nuestra labor docente.

Hace un siglo que se produjo la Revolución Rusa. Es verdad que estos acontecimientos no se produjeron en un día concreto, fue un período de años convulsos que cambiaron la realidad de Rusia. Pero en este proceso revolucionario el mes de Octubre de 1917 fue un hito clave, el conocido como Octubre Rojo. El triunfo de la revolución de octubre (el 7 de noviembre correspondía al 25 de octubre para los rusos, que mantenían el calendario juliano) fue un acontecimiento decisivo en la historia del siglo XX. Por primera vez, un partido surgido del movimiento obrero se hizo con el poder e intentó implantar el comunismo, teniendo como referencia las teorías de Karl Marx y Friedrich Engels. La caída de los zares, en febrero de aquel mismo año, el gobierno provisional de Kerenski y la toma del poder de los bolcheviques, en octubre, liderados por Vladimir I. Lenin, culminó un proceso social que había comenzado a finales del siglo XIX como reacción al despotismo zarista y conmocionó al mundo.

“Tembló el orden establecido, se tambalearon los fundamentos de la sociedad y cayeron las instituciones, firmemente asentadas sobre una masa de siervos y campesinos analfabetos que en su mayoría eran tenidos en menor consideración que los animales. El nuevo orden insufló un hálito de esperanza en la población más sojuzgada, la ilusión de un nuevo orden económico y social que creara una sociedad sin clases. Pero el espejismo duró poco. El sistema derivó en un régimen totalitario y de terror, cuya cima fue el estalinismo. Sin embargo, durante el resto del siglo XX y, sobre todo, tras la II Guerra Mundial, el Estado comunista contagió a otras naciones de distintos continentes y ejerció de contrapeso al capitalismo triunfante en Occidente, en un difícil equilibrio que saltó por los aires el día en que cayó el Muro de Berlín (9 de noviembre de 1989). Cien años, después, el comunismo parece acabado.” (Lagunilla, Palma. Revista Muy Historia, nº92, Octubre 2017).

En la materia de Historia del Mundo Contemporáneo de 1º de Bachillerato, la Revolución Rusa forma parte de su contenido curricular. Al analizar en el aula nos planteamos cuestiones previas como ¿qué sabemos de la Revolución Rusa?, ¿por qué la recordamos?, ¿cien años de un suceso histórico tan relevante es mucho tiempo?, ¿puede haber gente viva actualmente que naciera hace cien años?,  ¿qué personajes fueron importantes en estos acontecimientos? o ¿las consecuencias de ese hecho llegan a nuestros días? Con estos y otros planteamientos previos iniciamos esta unidad temática. El desarrollo, quizá, es el que haya cambiado.

Aprovechando esta efemérides hemos tratado de acercarnos de forma diferente. A través de un trabajo individual y de grupo hemos investigado el proceso revolucionario. Hemos trabajado en el aula con los medios informáticos disponibles, además de la utilización del libro de texto y revistas de historia. Además de analizar el proceso histórico, hemos puesto mucho interés en las causas y consecuencias del mismo y en el conocimiento de los personajes más relevantes. En este proceso de búsqueda y comprensión cada alumno ha explicado a los demás el aspecto en el que ha profundizado. En una labor entre lo lúdico y lo artístico pero no exento de observación hemos decorado con color una serie de fotocopias en blanco y negro que habíamos seleccionado. Estas fotocopias “coloreadas” han sido la base, junto a textos explicativos y episodios cronológicos de la Revolución Rusa, de la exposición que hemos colocado en tres tablones a la entrada del instituto para conocimiento de todos los componentes de la comunidad educativa.
Finalmente en días posteriores hemos hablado mucho en clase de lo realizado y, sobre todo, hemos buscado el origen del hecho revolucionario ruso, profundizando en la revolución industrial, la situación laboral consecuente de los trabajadores, el socialismo utópico, el pensamiento marxista y anarquista y el movimiento obrero posterior, que unido a la situación de la Rusia de los zares fue el caldo de cultivo perfecto para que se produjera la Revolución rusa.
Eso sí, en todos estos días de este noviembre, ya fresco, hemos comparado el pasado con el presente para ser más comprensiva por parte del alumnado esa realidad histórica, sin dejar de vista, incluso, el futuro. Las preguntas y la inquietud de los alumnos por ciertas cuestiones relacionadas con estos hechos, nos animan a seguir en esta línea de trabajo. 
Y ya sabemos que…  cien años no es nada.
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Entrada escrita por Salvador Mata Marchena, profesor de Geografía e Historia del IES La Campiña.

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