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El pasado miércoles 27 de octubre, nuestro alumnado de 4º de ESO asistía al Teatro Municipal para ver la obra «La chica que soñaba, interpretada por la compañía The cross border Project, acompañados por los profesores Ana M. González, Maribel Flores y Miguel Ángel Gómez. Les dejamos las críticas hechas por dos de nuestros alumnos que pudieron disfrutar de dicha obra:


Crítica de Carmen González Manaute.

«En esta ocasión vamos a hacer una crítica teatral sobre la obra interpretada por “The cross border Project” llamada La chica que soñaba. Esta obra se representó el pasado miércoles 27 de octubre, en el teatro municipal de Arahal.

Antes que nada, cabe aclarar que el público estaba formado por nada más y nada menos que el alumnado de cuarto de la ESO de un par de institutos de la localidad, sin duda, de los públicos más exigentes. Para empezar, quiero comentar que el actor y las actrices que representaron la obra hicieron un gran trabajo ya que fueron capaces de mantener al público pendiente gracias a la nueva idea de teatro que propusieron dejando participar al público; sin
olvidarme de que se notaba que había trabajo detrás de esta obra.

Para hacer una buena valoración de una representación teatral, indudablemente, hay que tener muy claro cuál es el tema. En este caso el tema se dejaba notar ya que con la primera pregunta dirigida al público (¿Con que soñabas de pequeño?) ya se daban pistas. Este tema del que hablo es simple, Silvia, la protagonista, tiene claro que quiere estudiar ingeniería, pero se encuentra muchos obstáculos a lo largo de su carrera y de su tiempo trabajando de ingeniera por el hecho de ser mujer. Con esto, la obra quiere que nos demos cuenta de la discriminación por género que existe. Para finalizar la obra lanzan una última pregunta al público que hace que tomemos más consciencia sobre el
tema ya que con esa pregunta nos piden soluciones. Entre las cortas interpretaciones y las preguntas que hacen los actores, el público piensa e interactúa, lo que hace que la obra sea mucho más interesante y no se haga pesada de ver.

No nos podemos olvidar de la representación en sí. Aunque el escenario era simple y poco detallado, lo que dejaba a tu imaginación el trabajo de imaginarte el espacio, gracias a los diálogos y la no sobreactuada representación del grupo quedaba claro.

Aparte del escenario, el vestuario no era muy elaborada, pero con pocas prendas de ropa como una bufanda se entendía perfectamente a quien se representaba en la escena y su edad. Como todo, el teatro no ha sido perfecto, aunque las luces cuando se planteaban las preguntas al público no eran malas, cuando era la hora de
representar una escena y las luces se apagaban, solo quedaban cuatro focos muy potentes de los cuales dos de ellos miraban al público, lo que molestaba un poco la vista y hacia que en ocasiones no se viera bien. Quitando ese pequeño fallo, no creo que esta obra de teatro incluya muchos más.

Para finalizar, quiero añadir a esta crítica que recomiendo pagar la entrada para ver esta obra de teatro, ya que te atrapa durante toda la interpretación y te enseña uno de los problemas que tiene la sociedad hoy en día. Y ya, por último, para los curiosos, me gustaría decir cómo surgió la idea de esta obra, ya que ellos mismos nos lo cuentan al finalizar la representación. Una universidad de Madrid llamó a este grupo para que diera a conocer un problema y le buscaran solución a este. El problema era el siguiente: el porcentaje de mujeres en la carrera de ingeniería había bajado de un 20% a un 10% y nadie sabía por qué. Gracias a la obra, esta problemática se está haciendo visible e intentando solucionar.»

Carme González Manaute.


Crítica de Rubén Carrasco Frías.

«El pasado miércoles 27 de octubre en el teatro municipal de Arahal tuvo lugar la representación de La chica que soñaba por primera vez después de la cuarentena. Un espectáculo de teatro foro presentado por The Cross Border, con el apoyo de la Universidad Carlos III de Madrid, que nos dará a comprender las dificultades de la mujer a la hora de estudiar carreras generalmente masculinizadas.

El tema de la obra gira en torno a una chica, Silvia, la cual tendrá que afrontar diversos problemas a lo largo de su vida generados por su carrera tecnológica, en este caso la ingeniería mecánica. Con respecto a su intención es didáctica, su profundo mensaje busca transmitir al público los diversos problemas de la mujer a la hora de estudiar, encontrar trabajo, y mantener relaciones; al mismo tiempo que el público puede interactuar a modo de actor e intentar resolverlos. En relación con los espectadores, la obra está centrada para los alumnos y alumnas de institutos que en un futuro pueden encontrarse en la misma situación que Silvia, los cuales se mantendrán interesados por la trama ya que tendrán que pensar soluciones y formas de mejorar la vida de la protagonista.

En nuestra experiencia viéndola, se realizaron diferentes pausas en las que el Joker preguntaba a diferentes participantes, junto a algunos voluntarios que salían a ponerse en la piel de los actores. Además, pude observar que la función principal, aquella que protagoniza Silvia, era corta, pues gran parte de la hora y media de representación se dedicaba a la opinión del público. A pesar de que el escenario no era muy detallado, tan solo cuatro focos, un pequeño muro de “bloques de Lego” y un proyector que proyectaba a la pared de fondo; los actores montaron coreografías increíblemente entretenidas que estaban acompañadas de diferentes cambios de iluminación, ropas de lo más extravagante y músicas que perfectamente combinaban con el baile. Sin duda la puesta en escena fue buena, aunque como única pega diría que durante casi toda la obra tenías que imaginarte el lugar de la representación, ya que el escenario era abstracto. Cabe recalcar que la interpretación de los actores fue estupenda, en especial la de TEO, un robot que intervenía aclarando cosas entre actos y dando su punto de vista sobre lo que estaba ocurriendo, pero que lo hacía que una manera muy pero que muy cómica.

Por otro lado, el Joker interactuó perfectamente con el público, así como otros personajes como el padre de Silvia, Alberto; su profesora, Pilar y el jefe; que, aunque eran representados por los mismos actores, estos cambiaban sus voces y vestuarios para sumergirse más en los papeles. Mas aún los actores improvisaron en ciertos momentos y actuaron según lo que dijera el público, cosa que hacían muy bien. Para finalizar el análisis de la obra simplemente me gustaría mencionar un pequeño fallo, a veces se veía a los actores cambiarse de vestuario, cosa que hacían agachados tras el pequeño muro que se encontraba en el escenario, pero nada con importancia.

Sin más que decir, toca valorar positivamente la obra. La recomendaría rotundamente, nos plantea un problema que existe actualmente y que se nos dará a conocer de una forma muy entretenida gracias a la interacción del público en este teatro foro. Además, la magnífica actuación contrastada con la ambientación y el escenario te harán creer que estas viendo un autentico festival, así como podrás vivir en primera persona la situación de Silvia. Digna de los premios MAX que posee y totalmente adaptada a un público adolescente. ¡No te la pierdas y ve a verla cuanto antes!»

Rubén Carrasco Frías.



Coordinación del post: Ana M. González y Carlos Lobato. Fotos: Miguel Ángel Gómez.

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