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Vamos ya finalizando con nuestro diario de a bordo en el que estamos narrando la crónica en boca del protagonista de la serie de El Mandaloriano en la que iremos integrando tanto las aventuras de este cazarrecompensas galácticos como nuestra experiencia de participar en esta XXII Feria de la Ciencia de Sevilla. Adelante.

Diario de Abordo – Ciclo 1327, Día 76 — Fecha Estelar: 8744.9 (Día terrestre 10-05-24)

Nuestro paso por Naboo ha resultado más fructífero de lo que había imaginado. Después de días de investigación y conversaciones discretas, he descubierto un rastro que podría llevarnos al corazón de mi antiguo clan mandaloriano. Una información invaluable, pero también peligrosa, considerando los enemigos que hemos hecho en el camino.

El encuentro con un grupo de cazarrecompensas traidores en las afueras de Theed fue inevitable. Grogu y yo nos vimos envueltos en un enfrentamiento intenso. La agilidad de Grogu en el uso de la Fuerza fue clave para desarmar a nuestros adversarios, permitiéndome eliminar la amenaza con precisión. Aunque la batalla fue ardua, la determinación de proteger a mi pequeño compañero me infundió una fuerza renovada.

También eran halagüeñas las noticias recibidas desde la Tierra. La mañana del día 10 comenzó con la organización del nuevo grupo de chavales que irían esta vez, conformado por alumnado de 2º de Bachillerato, 3º y 4º de ESO, acompañados por sus profesores Marisa, Toni, Jorge, José Manuel y Carlos. Puntuales, como siempre, a las 10:00 de la mañana el stand Ciencia Mandaloriana se abrió para dar paso a una nueva gran jornada de divulgación y diversión en la XXII Feria de la Ciencia.

Era el último día, y de nuevo, los chavales lo dieron todo y desde el inicio el stand estuvo lleno de visitantes que disfrutaron e hicieron que los divulgadores disfrutaran a lo grande. Como en los días anteriores hubo muchos visitantes importantes, aunque para nuestros chicos y profesores cualquier visitante era tratado igual de bien. Entre las visitas a destacar estuvo nuestra ex-alumna Carmen Sempere, a quien le debemos que fuera la impulsora de nuestro primer proyecto en la Feria de la Ciencia; su madre Eloisa Valverde, una compañera infatigable que se estrenaba en La Ciencia no se jubila; Mª Jesús López, otra de nuestras ex-alumnas que ya volvía en calidad de profesora; Elisabeth, también ex-alumna, que participó en su día en el proyecto Anatomía animada; la novia de nuestro padawan Pablo, que fue el encargado de explicarle el stand mientras le ponía ojitos; Macarena, Irene, Claudia, Isa y Rogelio, que son fieles a visitarnos todos los años, y que este año tenían a sus respectivas hijas y hermanas de divulgadoras, una vez más; el compañero profe y biólogo Víctor Garzón, que también vuelve cada año; nuestra compañera Teresa Fernández, muy bien acompañada; nuestro director Rafael Vergara y su familia al completo; Tránsito, a la que también le explicó su hijo; nuestro querido amigo Thuban, acompañado de Antonio, que también se han convertido en incondicionales; de nuevo José Antonio Prado con Jose Jr; los chicos del aula especial del instituto de Aroa, que se lo pasaron pipa; Miriam y pareja, que también pasan siempre a vernos; Nieves Chávez, ex-alumna extremaña de Carlos que volvía como maestra; e incluso también pasó por allí el famosísimo José Guerrero «el Yuyu» con su familia. Como los días anteriores tampoco faltó esta vez la familia de Holored Estelar, con un montón de participantes, capitaneados perfectamente por nuestro alumno Pepe Bello.

Las sensaciones durante todo el día fueron muy buenas y llegó la hora de cerrar casi sin darnos cuenta, y se estuvo atendiendo al público prácticamente hasta el último minuto. Dadas las 20:00 horas, cerramos e inmediatamente con una coordinación y una precisión casi ensayada, se dividieron en equipos, repartimos las tareas y se desmontó el stand en menos de media hora, llegando puntuales al autobús. La jornada terminó con un viaje de vuelta muy gratificante, en el que el alumnado valoró la actividad tan bien como los días anteriores y el cansancio casi ni se notaba. Habían sido unos días de Feria magníficos y todos lo habían disfrutado a lo grande.

Con toda esta buena información recién obtenida, partimos satisfechos hacia el remoto sistema de Concord Dawn, donde se rumorea que mi clan ha establecido una base secreta. La Razor Crest, ahora reforzada con mejoras esenciales gracias a un ingenioso técnico local, surca el espacio con renovada energía.

Grogu se aferra a mí durante los saltos al hiperespacio, su confianza en nuestra misión es inquebrantable. Cada día que pasa, su presencia me recuerda que hay más en juego que mi legado mandaloriano; hay un vínculo especial que hemos forjado en las estrellas.

En este momento, mientras observo las estrellas desde la cabina de la nave, siento que nos acercamos al cumplimiento de un capítulo importante en nuestra odisea. La incertidumbre persiste, pero también la esperanza de que encontraré respuestas sobre mi pasado y un destino compartido con Grogu.

Que la Fuerza continúe guiándonos en este viaje hacia lo desconocido.

Mandaloriano, fuera.

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