¡Riiiiiiiing! 6.30 de la mañana. Todo el mundo en pie. Hoy nos toca madrugar porque a las 8.30 tenemos prevista una actividad con los alumnos de 3° ESO en un centro de secundaria con alumnos de la localidad y, como ha estado toda la noche nevando, las líneas de autobuses se han visto afectadas. Además al ser nuestro primer día en la ciudad, aún no estamos familiarizados con el camino al punto de encuentro.
Con cara de sueño abrimos la puerta de casa y ¡¡¡ooooooh!!! ¡Todo está blanco y la nieve del suelo aún por estrenar!
A las 8 todos deberíamos estar en el punto de encuentro, pero las únicas que aparecemos somos las profesoras. Poco a poco van apareciendo los chicos, que están teniendo dificultades para llegar. Mientras esperamos, ¡algunos de nuestros chicos empiezan una guerra de bolas de nieve! Al mal tiempo, buena cara.
Finalmente estamos todos 1hora más tarde de lo previsto, pero estas cosas son así. Sin saber si aún estamos a tiempo para la actividad prevista, todo el grupo nos dirigimos a la parada de bus más cercana. Lamentablemente lo perdemos por unos segundos, pero conseguimos aplazar la actividad en el centro de secundaria para el martes.
¿Qué hacemos ahora? Afortunadamente tenemos la agenda llena, así que nos dirigimos con los chicos a la academia donde tendrán clases para que conozcan a los que serán sus profesores durante estos días. Los chicos están divididos en tres grupos más o menos homogéneos para que puedan aprovechar las clases al máximo y cuando acaban las mismas, todos están satisfechos y contentos.
Son las 13.20 y ¡estamos hambrientos! Solo tenemos 40 minutos para almorzar porque esta tarde vamos a visitar Stonehenge….bueno, o ese es el plan. Pero, ¡oh, no! Nuestro guía, Pedro, nos anuncia que Stonehenge permanecerá cerrado debido a la alerta por nieve. Bueno, tenemos dos opciones:quejarnos y lamentarnos por nuestra mala suerte o buscar alternativas. Pues lo tenemos claro: a por el Plan B.
Salisbury tiene una de las catedrales más bonitas del Reino Unido, con la aguja más alta de todo el país, y en ella se encuentra una de las 4 copias que sobreviven de la Carta Magna, redactada en el siglo XIII y con la que se pretendía acabar con los abusos de rey John de Inglaterra. Esta visita estaba prevista para el miércoles, así que decidimos que es un buen plan para hoy.
Otros años hemos visto la hermosa estampa de esta imponente catedral sobre el verde césped y con su larga aguja apuntando hacia el cielo, pero la visión de hoy es un auténtico regalo. Todo está blanco por la nevada y ¿que es lo primero que se le pasa a un adolescente (y a algún que otro adulto) por la mente? ¡¡¡GUERRA DE BOLAS DE NIEVE! !!
¡Menuda batalla campal! Tanto alumnos como profes pillamos algún que otro bolazo de nieve. Pero tras una buen rato de risas, es hora de entrar a la catedral.
La visita a la catedral dura aproximadamente 40 minutos y cuando salimos a las 16.00, ¡¡comienza una tormenta de nieve!!
Estamos a la vez alucinados por la belleza de la misma y ¡congelados! Para reconocernos tenemos que mirarnos a los ojos, la única parte del cuerpo que no llevamos tapada. Así que es hora de volver al calor del hogar, donde nos esperan una ducha calentita, una buena cena y la mejor de las compañías.
¡HASTA MAÑANA!