Amanece un día típicamente británico: de repente nublado, de repente lluvioso, de repente soleado. Todos los chicos han cogido el bus con éxito y han llegado a clase sin problema (bueeeno, vaaale, 3 de nuestras chicas llegan tarde, pero es que aun tienen que pillarle el truco a la puntualidad británica).
En la academia el grupo de divide en dos subgrupos según su nivel de inglés y empiezan las clases, cada grupo con un profesor nativo.
A las 12, una vez terminadas las clases, Pedro se reúne con nosotros para iniciar el 1er tour de la ciudad, pero antes tenemos tiempo libre para almorzar. En solo 24 horas, nuestros chicos ya están acostumbrados al nuevo horario de comidas y ¡están hambrientos! Para nuestra grata sorpresa, deciden probar comida inglesa en un pub en la zona del puerto (Harbourside) y ¡les encanta!
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Harbourside (la zona del puerto) |
¡Divina juventud! Nosotras llegamos asfixiadas. Pero ha merecido la pena. Desde allí arriba se obtiene una vista de 360° de la ciudad y ya distinguimos algunos de sus símbolos.
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Comenzamos a subir las escaleras de la Torre |
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¡No puedo más! |
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Pero mereció la pena |
Tras bajar de la torre, nos dirigimos a la que será la última visita del día: el Bristol Museum and Art Gallery. Por el camino, una descarada ardilla se acerca a algunos de nosotras. Pero si descarada es ella, más lo es nuestro Juanje, que ofreciéndole comida consigue hacerse amigo suyo.
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Juanje se hace amigo hasta de una piedra |
En el Museo, los chicos van libremente visitando las salas que más les interesan y algunos prefieren quedarse hablando y practicando su inglés con Shani, una chica inglesa que nos acompañará en todas nuestras visitas por Bristol.
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Con Shani en el Bristol Museum and Art Gallery |
Tras esta última visita, tenemos tiempo libre antes de volver a casa y, por supuesto, nuestros chicos lo emplean en ir de compras.
Mañana más y mejor: ¡nos vamos a Oxford!
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Crónica y fotos de Gloria Campaña, profesora de Inglés del IES La Campiña.
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